Estoy desmotivada en mi trabajo. ¿Que hacer?
Creado por Octavio Ballesta , el Lunes 11 de Octubre de 2010

Cualquiera de nosotros ha experimentado en una o más oportunidades, el trance de enfrentar episodios persistentes de estrés, y una profunda desmotivación, que nos impide asumir positivamente los retos de la vida profesional, y evitar que nuestro tiempo productivo transcurra indolentemente, cuando nuestra dedicación, talento y compromiso se manifiesta con nada disimulado desgano, cierto desdén, preocupante displicencia, y sin mayor compromiso.

En un contexto empresarial y de negocios, aun signado por los efectos de la crisis, en la que la incertidumbre del entorno obstaculiza la construcción de una visión de vida y dificulta la concreción de metas a futuro; donde la supervivencia en el rol o puesto amenaza con despuntar como nuestro objetivo básico de vida; cuando trabajamos esforzadamente para pagar la hipoteca del apartamento, nuestras deudas y hacernos cargo de la alimentación y necesidades básicas de nuestro entorno familiar; y en la que toda posibilidad de desarrollo profesional parece haberse desvanecido ante nuestra incapacidad para vislumbrar posibilidades de aprendizaje, superación y crecimiento, es común entonces, que permanezcamos apáticos en una organización respecto a la cual hemos perdido todo vinculo emocional y en donde ya no encontramos sentido de propósito alguno, que nos impulse y nos motive a dar lo mejor de nosotros para permanecer, aprender, desarrollarnos y crecer .

Numerosas son las causas susceptibles de transformar una experiencia positiva de aprendizaje, desarrollo y crecimiento dentro de una organización a la que dedicamos lo mejor de nuestro tiempo y talento, en una experiencia de vida ciertamente tóxica, con sensible impacto en la autoestima personal, una asfixiante sensación de desgaste emocional, e imperiosa sensación de que se está inmerso en un agujero sin fondo, del cual difícilmente logramos emerger.

Veamos cuales son algunas de las sensaciones que suelen aparecer cuando la desmotivación se manifiesta, perturbando nuestro equilibrio emocional, afectando nuestro desempeño profesional y deteriorando nuestra calidad de vida:

  • No me agrada el rol que estoy desempeñando, y en el que estoy a cargo de procesos monótonos, tareas repetitivas, y resultados absolutamente predecibles, en un entorno de pobre reconocimiento y de escasa visibilidad organizacional.
  • Difícilmente vislumbro una atractiva ruta de carrera en la que decida crecer, aprender y desarrollarme, conforme a mis intereses, potencial y competencias.
  • Lamentablemente, mi supervisor es un fanático del control, desconfía profundamente de mí, y bloquea toda oportunidad de expresarme como el profesional autónomo, proactivo y creativo, que en realidad soy.
  • Ante la posibilidad de ser duramente recriminado por haber cometido un error de donde podría haber surgido un aprendizaje significativo, en lugar de aportar lo mejor de mi talento en forma creativa y retadora, me he resignado a ser un profesional conformista, apático y gris.
  • No he logrado conciliar un balance apropiado entre mi vida personal, la cual está signada por la monotonía, las responsabilidades y las obligaciones, y mi quehacer profesional, al que dedico las mejores horas del día, y respecto al cual percibo que no soy debidamente reconocido ni apropiadamente retribuido, en función de mis logros obtenidos.
  • La incertidumbre imperante en el entorno ejerce sobre mí, un temor paralizante ante la posibilidad cierta de perder mi empleo. Mis líderes y gerentes no me suministran la información necesaria para mitigar mi preocupación y reducir mi ansiedad.
  • Estoy deseando ansiosamente que sean las 6 de la tarde, para terminar mi jornada laboral, evadir mi realidad profesional y refugiarme en la tranquilidad del hogar.

 

Desafortunadamente, la mayoría de las organizaciones no están conscientes o ignoran deliberadamente el hecho de que un colaborador desmotivado y estresado, puede afectar con su actitud y emocionalidad, la productividad y el compromiso de quienes integran su entorno laboral inmediato. Un colaborador sumido en sucesivos episodios depresivos acusará una incidencia mayor de enfermedades ocupacionales, lo que se traduce en un incremento del absentismo, y en una merma en la productividad individual y colectiva. La rigidez en las prácticas, políticas y procesos organizacionales, como es usual en culturas de corte conservador y de estilos gerenciales basados en el control, el poder y la coerción, inducen a la desmotivación de colaboradores de alto potencial, cuyas competencias, rasgos de personalidad y actitud están en abierta contradicción con el sistema de valores, principios y creencias inherentes a una cultura organizacional, respecto a la cual, ellos no se identifican en absoluto.

El psiquiatra Herbert Freudenberger en su investigación realizada en 1974, con trabajadores estresados y emocionalmente perturbados de una clínica para toxicómanos, describió los síntomas que caracterizan al “burnout” o a los profesionales emocionalmente afectados o ´quemados por el trabajo´. Estos síntomas incluyen el agotamiento progresivo, la desmotivación para el trabajo, así como cambios repentinos del estado de ánimo con sentimientos de tristeza, pena, angustia, y malestar psíquico que puede estar acompañado de melancolía, pesimismo e insustancialidad.

Las organizaciones que valoran a su personal como su principal activo y lo consideran como factor clave de su diferenciación competitiva, desarrollan, promueven y aplican buenas prácticas de Gestión de Talento, donde todo profesional dispone de oportunidades de crecimiento, aprendizaje y desarrollo profesional, y se articulan programas para facilitar en los colaboradores expuestos a situaciones muy estresantes y emocionalmente exigentes, la saludable conciliación entre las demandas derivadas del desempeño profesional, y la vida personal.

Desde la perspectiva de un profesional profundamente desmotivado en su actual trabajo, y que enfrenta el riesgo de postergar, afectar o arruinar su futuro éxito profesional y su autorrealización personal, es el momento apropiado para salir de su actitud de conformismo, y moverse más allá de su zona de confort, desarrollando un plan de acción que pudiese considerar las siguientes pautas:

  • Internalizar, comprender y asumir que no estoy satisfecho con la actitud, motivación y compromiso, con la que estoy asumiendo mi rol en la organización, y aceptar que quiero tomar las decisiones necesarias para cambiar positivamente mi presente.
  • Comunicar a mi supervisor inmediato, a un compañero de trabajo que merezca mi confianza, y/o a un colaborador calificado de RRHH, las situaciones de estrés, de inconformidad y de desmotivación que estoy enfrentando en mi actual rol. Definir un plan de acción con objetivos claros y metas concretas, y decidir, si ello es posible, un cambio de rol.
  • Si considero que ha llegado el momento de desarrollarme profesionalmente en una nueva organización más afín a mis competencias medulares, habilidades e intereses, es pertinente desarrollar mi estrategia de gestión de marca personal, compartiendo mis conocimientos en un blog temático, creando mi grupo de seguidores en Twitter, y apuntalando en Linkedin, mi prestigio personal, como un profesional colaborativo y de reconocida reputación online.
  • Aceptar con humildad, que mi proceso de reinserción profesional como profesional comprometido con su organización, motivado por los retos implícitos en su rol, e identificado con una nueva cultura organizacional, requerirá de un esfuerzo enfocado y sostenido, en el que el apoyo de mi familia, y de mi círculo de amigos y relacionados es pertinente, conveniente y necesario.
  • Si decido hacer un cambio de carrera, o reiniciar mi vida profesional en otro país, conviene entonces, desarrollar el proceso de transición con el apoyo de un coach especializado, de modo de ser capaz de desarrollar el plan de acción apropiado, acorde a mis intereses, potencial y motivación.
  • En el caso de estar sumido en una profunda y persistente depresión, es necesario, como medida apropiada para emerger de mi estado de parálisis, pesimismo y conformismo, con una actitud positiva, acudir a los buenos oficios de un Psicólogo o Psiquiatra.

¿Si antes de aceptar pasivamente que nuestro destino está predeterminado, y que nada queda por hacer cuando estamos desmotivados, por qué no aceptamos nuestra realidad como una señal, una evidencia y un estimulo para aceptar, articular y desarrollar nuestro propio proceso de cambio, disfrutando en el trayecto de nuevos retos, aprendizajes, logors y oportunidades de crecimiento?.

Depende de cada uno de nosotros, reconocer y aceptar nuestra actual desmotivación e inconformismo y asumirlos como la simiente para alentar una perspectiva positiva de cambio para nuestra vida.

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