Presidenta del Banco Mundial de la Mujer en España. Facilita el acceso al crédito a las emprendedoras
Inger Berggren (Filipstad, Suecia, 1947) llegó a España hace 22 años y una de las cosas que más le sorprendió fue que, a diferencia de lo que ocurría en su país, muy pocas mujeres trabajaban fuera de casa. Luego se dio cuenta de "lo difícil que les resultaba crear sus propias empresas" y por eso decidió promover una sede del Banco Mundial de la Mujer en España. Desde entonces y mediante convenios con la Administración y entidades bancarias, esta fundación laboral ha facilitado la creación de 3.800 empresas lideradas por mujeres, ha gestionado 405 microcréditos sin aval y ha concedido otros mil préstamos a mujeres emprendedoras.
¿Cuál es el mayor problema que tienen las mujeres para montar su propia empresa?
Sin duda, conseguir un aval bancario. Sólo el 8% de los préstamos que dan los bancos son para mujeres. ¿Por qué? Porque a ellas les cuesta mucho lograr un aval. No tienen tantas propiedades como los hombres y, además, los bancos y las cajas no creen en sus proyectos.
¿Por qué? ¿Tienen rasgos comunes las empresas lideradas por mujeres?
Las mujeres suelen apostar por la pequeña empresa porque buscan el auto-empleo o, como mucho, contratar a una persona. Además, suelen centrarse en sectores que a los bancos no les parecen rentables, como el textil, la alimentación, la artesanía o la estética.
¿Y sí son rentables?
Mucho. A veces incluso más que los sectores tradicionalmente liderados por hombres. Pero da igual el ámbito. La clave es que las mujeres crean empresas que pueden controlar. Se esfuerzan más en consolidarlas. Son más modestas que los hombres, nunca piden más de lo que necesitan. Son menos ambiciosas y gracias a ello han aguantado mejor la crisis. De hecho, las empresas más afectadas han sido las relacionadas con el transporte y la construcción, sectores tradicionalmente masculinos.
¿Cuántas empresas de mujeres han quebrado durante la crisis?
De los 54.000 negocios que quebraron durante los cinco primeros meses de 2010, sólo 9.000 estaban liderados por mujeres.
¿Cómo funciona el Banco Mundial de la Mujer?
En realidad no somos un banco, sino una fundación que potencia el acceso de las mujeres al mercado laboral como empresarias autónomas. El Banco Mundial de la Mujer es un organismo relacionado con el Banco Mundial que nació en Nueva York en 1977 para facilitar la concesión de créditos a las trabajadoras. También las asesoramos y las ayudamos a pedir créditos y a gestionar sus inversiones.
Tienen convenios con Caja Madrid y La Caixa.
Sí. Primero nos limitábamos a gestionar préstamos en condiciones más favorables para mujeres con aval, pero luego nos dimos cuenta de que había muchas que tenían dificultades para conseguirlos y que, por lo tanto, no podían acceder a créditos. De ahí la firma de convenios con las cajas.
¿Fue difícil convencerles?
Muchísimo. Tardamos tres años en convencer a Caja Madrid. En realidad, creo que acabaron firmando porque estaban cansados de escucharme. Ahora, la situación ha cambiado. Son las propias entidades bancarias las que nos vienen a buscar.
¿Han notado la crisis en la fundación?
No excesivamente, pero es verdad que en los últimos años hay menos demanda de microcréditos. A las mujeres les da miedo montar un negocio. Por eso hemos decidido eliminar la cuota de 60 euros anuales que, hasta ahora, pagaban algunas de las 1.500 socias que forman parte del banco. Aun así, no es necesario hacerse socia porque nuestros servicios son gratuitos, pero precisamente por eso, cualquier ayuda extra es buena.
¿Ha cambiado el perfil de sus clientas?
Sí. Hace años, el 70% de las mujeres que acudían a nosotros eran inmigrantes. Sólo en 2006, el 55% de los microcréditos que se gestionaron correspondían a mujeres inmigrantes. Ahora, la mayoría de nuestras clientas son españolas, con edades comprendidas entre los 35 y los 40 años. Los tipos de empresa, sin embargo, no han cambiado. La mayoría de mujeres quiere montar talleres de costura o de arreglos de ropa, centros de estética, escuelas de pintura y de idiomas y talleres de artesanía y bisutería.
¿En qué proyectos se centran ahora?
Estamos dando cursos de educación financiera y asesoramiento sobre el endeudamiento. Nosotros no podemos pagar las deudas de las mujeres emprendedoras pero sí podemos ayudarlas a resolver esta situación. El objetivo es evitar que se vean obligadas a pedir créditos inadecuados.