Ni artilleras de minas ni sepultureras
Creado por SILVIA R. PONTEVEDRA , el Domingo 12 de Diciembre de 2010

La quinta parte de las actividades económicas concentran a más de la mitad de las trabajadoras - Las mujeres son minoría en unas 200 profesiones.

Conchi Cousiño estaba harta de trabajar desde los 18 años sin contrato, o con contratos de ETT, alguno de ellos por un día. Limpió casas, sirvió consumiciones en alguna cafetería y alguna discoteca, ayudó a su padre en la panadería. El último empleo inestable por el que pasó fue la rotativa de un periódico. Allí, como las demás mujeres, se dedicaba al encarte de suplementos y catálogos publicitarios, en horarios intempestivos y fines de semana. Al final, con 36 años recién cumplidos, se cansó, y le preguntó a su marido, bombero, qué oposiciones podría preparar sin complicarse mucho la vida.


Le hubiera gustado ser policía, pero por edad y por estatura iba a ser imposible. Para lograr plaza de administrativa, precisaba tener una preparación en informática que le faltaba. En estas, el Ayuntamiento de Vigo convocó oposiciones para cubrir una plaza de sepulturero/enterrador. Se presentaron 36 personas y ella quedó de cuarta. Pero hubo una nueva vacante, y en las pruebas salió segunda con la suerte de que la primera, casualmente otra mujer, solicitó el traslado porque prefería ser celadora del consistorio. Ahora tiene 41 años y en mayo hará tres como interina en el Cementerio Municipal de Pereiró. Muchas veces, al llegar una familia para dar sepultura a su muerto le pregunta dónde está el enterrador. "¿No te fastidia? me ven así vestida, con el escudo del Ayuntamiento en la ropa, y no se creen que sea yo la sepulturera. ¡Se deben de pensar que estoy de paseo y vengo de uniforme porque me mola!"

Cousiño sueña con la plaza fija y dice que la parte más dura de su trabajo es que hay que estar en forma. "Tengo que coger pesos, hacer la masa, manejarme bien con la paleta". No hay ninguna otra mujer empleada en los ocho cementerios públicos de Vigo. "Yo reconozco que los hombres tienen más fuerza, pero me da rabia quedar mal en el choio y hago todo lo que hacen los demás. Si hay que cavar un hoyo o subir un féretro al nicho más alto [el quinto], pues se hace".

Lo de menos, para ella, son "las paranoias de los muertos" pero supone que muchas mujeres no se plantean este oficio porque "aquí no vale ser persona de barrenar". Poco a poco, cualquiera se va acostumbrando a presenciar el dolor ajeno, y lo cierto es que, a efectos prácticos, para ella son peores las exhumaciones que las inhumaciones. "Hay cadáveres que salen momificados, y otros después de los años no han perdido los líquidos y huelen que te mueres", describe.

El de sepulturera es uno de los empleos en los que la mujer está infrarrepresentada, entre los 200 que incluyó el martes la Consellería de Traballo en la lista que publicó en el Diario Oficial de Galicia. En general, todos los trabajos relacionados con la muerte espantan a las mujeres. Ni siquiera se estilan las expertas en tanatoestética, cuando por tradición siempre han sido ellas quienes acicalaban a los difuntos. Pero tampoco abundan las señoras trabajando en las alcantarillas, ni las informáticas, ni las ferroviarias, ni las socorristas, ni las conductoras de bus, ni las detectives, ni las controladoras aéreas. Y lo mismo se puede decir de las ingenieras industriales, las agentes forestales, las físicas, las astrónomas, las tasadoras, las marineras, las calígrafas, las barrenderas, las poceras, las bomberas, las pirotécnicas, las mecánicas o las artilleras.

Del 22 de noviembre al pasado día 2, 15 chicas se entrenaron con carretillas mecánicas y palés en una nave de un polígono vigués. Asistían a un curso que convocó, solo para mujeres, el Ayuntamiento de Nigrán. "Los monitores nos dijeron que para esto somos mejores que los hombres, más responsables", presume Marina, una de las matriculadas. Tiene 38 años, dos hijas y un contrato temporal en la Administración para solo 12 meses. "Cuando se acabe, quiero estar preparada, y está visto que como carretillera, o como moza de almacén, que así se dice en realidad, tengo más posibilidades". Según el listado de la Xunta, la maquinaria es cosa de hombres. Tanto en el sector naval como en las fábricas de tierra adentro o en el campo. No hay muchas mujeres que dominen el tractor, la cosechadora, la excavadora. Ni abundan las fresadoras, las torneras, las oxicortadoras.

La Xunta publicará a partir de ahora todos los años la lista actualizada de las profesiones donde las hembras son minoría. Es uno de los compromisos contraidos con la aprobación en 2007 de la Lei do Traballo en Igualdade das Mulleres de Galicia y del decreto, en 2009, que la desarrolla. La relación de empleos con escasa presencia femenina se hace a partir de los contratos firmados en los últimos cinco años. Según se explica desde la consellería de Beatriz Mato, la quinta parte de las actividades económicas concentran a más de la mitad de las trabajadoras mientras que hay algunas profesiones en las que en los dos últimos años no se empleó ninguna. Son los casos de las ocupaciones de pegador, ajustador de máquinas de labrar madera y operador de máquina para elaborar té, café y cacao, pero otras no les andan muy lejos.

Desde 2005, por ejemplo, solo se realizaron cuatro contratos a mecánicas de motores de avión frente a los 111 que se llevaron los hombres. Diecisiete a empalmadoras de cables contra 784 a varones. Cuatro a mujeres como agentes de maniobras ferroviarias frente a 58 para hombres. Cuarenta para buceadoras en contraste con los 714 que firmaron buceadores. Noventa a operadoras de maquinaria agrícola contra 3.209 a operadores. 222 a marineras de cubierta y 4.152 a marineros. Y 164 a empleadas en la construcción de estructuras de edificios en claro contraste con los 6.843 contratos que acapararon los hombres en este sector.

Diez empleos eminentemente femeninos

Hay una decena de ocupaciones donde las mujeres son dominantes y se llevan más de la mitad de los contratos (un 53,65% en los últimos cinco años). Desde 2005, el mayor número de contrataciones femeninas se registró en la categoría laboral de "dependientes en tiendas, almacenes, quioscos y mercados". Aquí los hombres no ocupan más que el 18,7% de los puestos y en cinco años se firmaron 146.305 altas laborales de mujeres. Entre el personal de limpieza, los hombres son el 14,6%. Entre los auxiliares de enfermería, el 6%. Entre los peluqueros y especialistas en tratamientos en belleza, el 5,5%, y entre los telefonistas, pero creciendo, el 23%.

También, según Traballo, hay más matachinas que matachines y demás empleados de industrias cárnicas y del pescado (aquí, los varones representan únicamente el 17,4%). Y hay más taquígrafas que taquígrafos y más cocineras que cocineros, dos profesiones en las que el empleo masculino solamente aglutina la cuarta parte. Por último, completan el cuadro de las diez profesiones con mayor volumen de contratación femenina las ocupaciones de "peón de industrias manufactureras" (con 59.261 contratos firmados por mujeres desde 2005) y "camarero, barman y asimilados" (con 96.318).

Traballo recuerda que el año pasado puso en marcha la concesión de ayudas a empresas para fomentar planes de igualdad y de conciliación de la vida familiar y laboral. A estas subvenciones pueden concurrir las pequeñas y medianas empresas en las que las mujeres representen, como máximo, el 20% de la plantilla y que pertenezcan a sectores incluidos en la lista del DOG.

En enero, además, se instauró la Marca Galega de Excelencia en Igualdade, que concede el departamento de Mato a "las firmas que cumplan garantías efectivas de igualdad entre hombres y mujeres". Se creó un catálogo de empresas obligadas a hacer planes de igualdad "que no se cumplían" y se están revisando los textos de diferentes convenios colectivos. La Xunta anuncia, también, que se va a poner en marcha el programa Executiva "que formará a 200 mujeres para ocupar puestos de decisión". Este jueves se abrió el plazo para anotarse.

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