La presencia de las mujeres en el sector sanitario y, en concreto en la profesión médica, no ha dejado de aumentar en los últimos 45 años, hasta representar ya más del 40% del total en el caso de los facultativos.

Sin embargo, el acceso de las médicas a puestos directivos en centros sanitarios está muy lejos de reflejar esa realidad demográfica, según explicaron ayer las participantes en el IV Foro sobre Mujeres, Salud y Género, organizado por el Ministerio de Sanidad.

La profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública Ana Delgado, que lleva 17 años trabajando en las diferencias de género en el ámbito de la medicina de familia, señaló que, a pesar de que el 69% del personal sanitario está formado por mujeres, su acceso a los puestos directivos es muy bajo. Así, ellas suponen sólo en torno al 10% de los jefes de servicio de hospitales y el 28% de los gerentes.

En Atención Primaria, la presencia de mujeres en puestos relevantes es mayor, pero aún así sólo ocupan el 25% de las direcciones. Estos datos son de Andalucía pero también son aplicables a todo el Sistema Nacional de Salud, según Delgado, que añadió que ponen de relieve que el aumento en el número de mujeres en la profesión y en las facultades, por sí solo, "no significa nada", ya que se está produciendo una "segregación vertical".

No sólo España

Por otro lado, Delgado señala que, en relación con sus colegas varones, las médicas de familia ofrecen consultas más largas en las que se implica más al paciente y se abordan también aspectos familiares.

Sin embargo, a la hora de ascender se topan con el llamado techo de cristal, término que alude a una serie de circunstancias externas, pero también interiorizadas por ellas mismas, que dificultan el acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad. "Hacen falta medidas que contrarresten los techos de cristal y potencien que las mujeres lleguen a puestos de decisión", señala Delgado.

Este problema no es exclusivo de España. El último número de la revista New England Journal of Medicine publica un artículo de Nancy Andrews, la primera mujer nombrada decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke (EEUU), en el que esta doctora se pregunta por qué debe ser noticia en 2007 que una mujer llegue a uno de estos cargos. La médica pone de relieve también que sólo 14 de los 124 decanatos de Medicina en Estados Unidos están ocupados por mujeres.

Estudios en algunos países europeos indican, por otro lado, que las facultativas se están centrando en enfermedades del ámbito de la ginecología, el metabolismo, el sistema endocrino y la psicología, mientras que los hombres trabajan más sobre dolencias musculares, óseas, respiratorias, cutáneas o relativas a ojos y oídos.

Existe, en consecuencia, el riesgo de que las médicas empiecen a especializarse en temas más relacionados con problemas psicosociales, y los varones más en la biomedicina, destaca esta investigadora.

Por su parte, la directora del Instituto de Salud Carlos III, Flora de Pablo, hizo hincapié en el rigor y la calidad de los proyectos de investigación

admitidos por el organismo y advirtió de que no por introducir trabajos relacionados con la perspectiva de género hay que "bajar el listón".

La medicina del futuro, profesión de mujeres

1) Las médicas jóvenes duplican a sus colegas varones. Aunque hoy hay menos mujeres que hombres en la profesión médica (116.037 varones frente a 87.054 féminas), la tendencia se está invirtiendo. Entre los menores de 35 años hay 24.200 mujeres y sólo 12.397 hombres.

2) Mayoría abrumadora de mujeres en las facultades. La presencia de mujeres en las facultades de Medicina es claramente mayoritaria. Son ya el 69,7% del alumnado, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

3) La enfermería sigue siendo femenina. Si en Medicina las mujeres superarán en el futuro a los varones, en Enfermería siempre han sido más. Las enfermeras son el 82,7% de estos profesionales sanitarios.