Burbujas de ocio
Creado por César García López , el Martes 4 de Enero de 2011

Hace un par de meses tuve la suerte de acudir como ponente al DMA de San Francisco y compartir mesa con Roberto Igarza, un gran tipo que sabe muchísimo de la sociedad del conocimiento y los nuevos medios. Lleva años estudiándola y poniendo en práctica sus conclusiones en diferentes empresas de tecnología.

 


Allí nos habló de sus "Burbujas de ocio". Según él, si te fijas en los nuevos hábitos de consumo de medios que tenemos, podemos darnos cuenta del cambio radical que hemos dado y de lo que afecta (o debería afectar) a nuestro negocio.

Primero nos puso un gráfico donde mostraba el consumo de medios que hacíamos la mayoría de nosotros hace apenas cinco años. Nos levantábamos, escuchábamos la radio en el baño (el consumo de radio se disparaba a esas horas y caía en picado a partir de las 10 de la mañana cambiando de público drásticamente). Desayunábamos con la radio o el periódico. Íbamos a trabajar. Periódico gratuito en el Metro. Quien desayunaba en el trabajo lo hacía con la prensa diaria (el consumo de prensa se disparaba a esas horas y caía a partir de las 12). A trabajar. Mirábamos el correo electrónico. Quizá entrábamos a algún periódico digital (ya se le han quedado hasta anacrónicos los nombres ¿periódico? ¿diario?.. Si cambian cada minuto...). A comer. Telediario. El consumo de tele se disparaba a esas horas y caía a partir de las 4 de la tarde. A trabajar. Algún email. A las 8 a casa. Tele a tope hasta las 12. El prime time. Y en picado a partir de esa hora. Estos hábitos dibujaban en el gráfico de Roberto una línea de montaña rusa de diferentes colores (según subía y bajaba el consumo de medios durante el día).

Todos de acuerdo. Qué decir. Más o menos así era nuestra vida. Con más entradas a Internet o menos, pero clavado. ¿Cómo es ahora? Roberto puso el siguiente gráfico: era una línea recta. Le dio a la tecla del mando y empezaron a salir burbujitas por todos lados siguiendo la línea. Por encima, por abajo. De principio a fin. Las 16 horas activas del día.

La línea era la media, las burbujitas la realidad: estamos consumiendo medios durante todo el día, cada cuarto de hora, cada media hora, cada diez minutos, cada minuto. Ya no hay picos de consumo. Ya no hay montaña rusa.

Pero nosotros no estamos delante de la tele todo el día, ni delante de la radio, ni nos leemos ciento cincuenta periódicos al día. Sí, acertaste, es Internet, y no sólo eso, es el iPhone o la Blackberry. Son las nuevas pantallas a las que tenemos acceso 24 horas al día, cargadas de información y ocio relevante para nosotros.

Sí, estamos todo el día entrando y saliendo a ver correo, a ver noticias, a ver videos, a escribir en FBK o en Twitter, a ver lo que nos interesa, lo que ha escrito un amigo, a enterarte de lo último, sea de un conocido, de la competencia profesional o de la vida misma. Sean letras o imágenes y, ¿por qué no?, sea de una marca u otra. Es la forma en que consumimos los nuevos medios con los que nos informamos y divertimos.

Tenemos un nuevo consumo de medios. Ya no hay horas sólo de radio, horas sólo de prensa y horas sólo de tele. Quizá hagamos las tres cosas pero todas mezcladas y en soportes diferentes. Vemos tele, pero quizá a las 12 y media de la mañana cuando un amigo nos envía lo que salió en el programa de ayer. O cuando volvemos a ver el gol del día anterior, o la carrera o esa entrevista de la que todos hablan. Cada diez minutos entramos a la prensa digital para conocer la última noticia, y no sólo durante el desayuno, sino a todas horas del día. Y a eso súmale todo lo profesional y todo lo social.

Podríamos decir que nos movemos en tres universos de consumo de medios: los personales (emailng, redes, sites y noticias relacionadas con nuestras aficiones y gustos..), los profesionales (revistas digitales del sector, nacionales e internacionales, blogs de referencia, y todos los enlaces a los que nos llevan) y los sociales (sobre todo Facebook y Twitter).

Tres universos de medios diferentes en los que nos pasamos el día, cada diez minutos, siempre que podemos. Y ahora, con los "smartphones" podemos siempre. ¿Quién espera al telediario para conocer las noticias? ¿Quién espera a salir del trabajo para contarle o pasarle algo a un amigo? ¿Quién espera a la hora de comer para ver un vídeo, un contenido audiovisual? ¿Quién espera a llegar a casa para conocer lo último de su profesión? ¿Quién espera a ponerse la radio en el coche para conocer las últimas declaraciones de Mou? ¿Quién espera a comprar el periódico para conocer el diferencial de la deuda española? Muy pocos. Cada vez menos.

No hay picos

A esas entradas y salidas continuas de los medios durante todo el día. A esas consultas repetitivas del correo o las redes sociales. A esos mensajes, diálogos o conversaciones mantenidos durante toda la jornada. A la media docena de contenidos audiovisuales que vemos de media al día. A todo eso, Roberto le llama "burbujas de ocio", y nuestro día está llena de ellas. Ya no hay picos, ya no hay consumo de medios predecible. Hay una línea recta y miles de burbujas en ella. Estamos todo el día, en cualquier lugar, consumiendo medios.

Vale, ¿y ahora que hacemos con esto? ¿Para que nos sirve? Pues parece bastante obvio: si una marca quiere estar presente en la vida de las personas tiene que crear un contenido, un mensaje, que sea susceptible de consumirse en cualquier momento del día, a través de cualquier pantalla. De cajón, ¿no? Los mensajes que creas para las marcas ¿se pueden consumir durante todo el día en cualquier soporte?

Ojalá esto de las "burbujas de ocio" sirva para romper otras burbujas. Gracias Roberto.

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