Mientras Telecinco y Antena 3 TV emplean sus energías en cuestiones como programar autopromociones en las que ponen en duda los datos de liderazgo de audiencia de su rival; o en tratar de convencer a la audiencia y a los anunciantes de la conveniencia de emitir bloques publicitarios de no más de seis minutos (¿es mucho o poco?, pero ¿no la hacían ya?), el negocio audiovisual se transforma bajo sus pies a velocidad de vértigo.

Durante la celebración, hace apenas dos semanas, del Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas, los fabricantes de televisores se convirtieron en las estrellas del mayor certamen anual de la industria electrónica, y no por sus últimos desarrollos de alta definición y 3D, como estaba previsto, sino por una apuesta decidida, unánime e inequívoca por la televisión conectada a Internet.

Los fabricantes quieren ofrecer valor agregado al tradicional televisor, ante el cada vez mayor consumo de contenidos audiovisual por otras pantallas, como el PC, el iPad o el móvil, impulsado por una inmensa oferta en la red, cada vez más organizada por proveedores como Netflix o Boxee.

Los televisores del futuro, que ya están aquí, permiten navegar, utilizar Skype, ver películas o bien descargar aplicaciones para mejorar aún más las funciones del receptor, que puede ser manejado, además de con el tradicional mando a distancia, con un smartphone.

Estas empresas parecen haber entendido antes que los distribuidores tradicionales de televisión, lo que significa la convergencia, tanto tecnológica como en los hábitos de consumo de Internet. Pero, sobre todo, han escuchado las demandas de sus clientes.

Según los datos de la consultora Displaysearch, el 21% de los televisores vendidos en EEUU en 2010 incluía algún tipo de conectividad con Internet. Con esta evidencia, LG presentó en el CES su SmartTV, un dispositivo que dará a los usuarios la posibilidad de acceder a contenidos multimedia en alta definición y aplicaciones desarrolladas por la propia compañía misma.

Funciona en cualquier televisor fabricado desde 2009 en adelante. Samsung da un paso más y lleva Internet directamente al televisor. Anunció que todos los receptores que se comercialicen a partir de 2011 ofrecerán conectividad y permitirán utilizar contenido de otros dispositivos de almacenamiento en el televisor o acceder a Facebook, YouTube, Skype y juegos, entre otros servicios. Sony, que se asoció el pasado septiembre a Google TV, comercializará este año hasta treinta modelos de pantallas con conectividad.

En España, uno de los mercados con mayor consumo de contenidos audiovisuales en streaming, a través de Internet, sustentadas además en una penetración de acceso con banda ancha superior al 58% de los hogares, la venta de estos televisores conectados a Internet puede contribuir a elevar más aún el consumo online. Los portales españoles de descarga y visionado online más utilizados, como peliculasyonkis.com y seriesyonkis.com, crecen a un ritmo del 50% anual y suman ya cerca de cuatro millones de usuarios.

Si hace cinco años, con la entrada en el mercado de Cuatro y La Sexta, y a cuatro años vista del apagón digital, los gestores de Telecinco y Antena 3 TV casi no movieron una ceja ("no bajaremos del 20% en cuota de pantalla", dijo entonces algún directivo), y ahora el liderazgo se alcanza, con suerte, con el 16%, las cadenas españolas repiten ahora, como un mantra, que el consumo de televisión batió su récord en 2010, con 236 minutos de media por persona y día, y que el negocio está más sano que nunca.

A diferencia de entonces, ahora las cadenas empiezan a apostar por Internet. De momento, tibiamente, colgando sus mejores contenidos en sus webs y asegurándose, en el caso de Antena 3 TV, la más multimedia de las cadenas, que éstos estén precargados en los nuevos televisores conectados a Internet. La ventana estará abierta sólo hasta que lleguen Google y Apple.