Una treintena de líderes latinoamericanas debaten en Madrid cómo evitar retrocesos en la paridad.
¿Cómo evitar que la crisis económica se lleve por delante los avances en pro de la igualdad de mujeres y hombres? La pregunta planea en el VI Encuentro de Mujeres Líderes Iberoamericanas, inaugurado ayer en Madrid bajo los auspicios de la Fundación Carolina , dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Las respuestas las buscarán hasta el jueves casi medio centenar de expertos latinoamericanos y españoles, casi todas mujeres. Cuatro días para abordar la agenda propia sobre igualdad en un mundo donde, según dijo la directora del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), Inés Alberdi, solo 29 países (de los casi 200 que integran la ONU) han alcanzado el 30% de presencia femenina en los parlamentos.
"Sin igualdad será imposible salir de la crisis. Las mujeres son parte de la solución", afirmó la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. La equiparación tiene una rentabilidad clara: genera "mayor tasa de empleo, más ingresos fiscales y más cohesión social". "Los países más igualitarios son los más productivos y los que ocupan los primeros puestos en el ránking económico", planteó.
"Las mujeres tenemos posiciones muy vulnerables todavía, y este momento es muy duro para los más vulnerables", advirtió la secretaria de Estado de Cooperación Internacional de España, Soraya Rodríguez. Para la ministra Aído, hay que seguir trabajando para hacer "un mundo a la medida de las personas, no de las transnacionales".
El economista Jorge Máttar-Márquez, del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES, dependiente de CEPAL), propuso entre otras medidas un "pacto fiscal" en los países latinoamericanos que permita obtener más recursos para paliar las desigualdades. Planteó que la crisis provocará un deterioro en los ingresos impositivos y, por tanto, en las políticas redistributivas.
La catedrática emérita de Sociología Marina Subirats apoyó la idea del pacto fiscal y social "en todo el mundo" para avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres. "La globalización trae problemas más complejos", planteó. "Se ha globalizado el gran capital y no hemos articulado las fuerzas que se oponen a él". Esa "lucha desigual" provoca "resultados cada vez más desiguales". Mientras la situación femenina mejora en algunos aspectos, empeora en otros. A juicio de Subirats, ex directora del Instituto de la Mujer, el fondo de la crisis actual no está en la economía, sino en la política y en la ideología. Frente al poder creciente y "sin complejos" de las fuerzas económicas, que incluso se esfuerzan "por demoler gobiernos", solo cabe reforzar los Estados democráticos para que puedan ponerles coto.
Cristina Perceval, subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia argentino, denunció la "insignificancia de la política" en un mundo en el que se producen movimientos económicos transnacionales al margen de los Estados.
En Latinoamérica se han producido avances, pero con "altibajos", según Máttar-Márquez. Ha aumentado la presencia femenina en las altas instancias del Estado. Pero también lo ha hecho la feminización de la pobreza pese al fuerte despegue económico de los últimos años. Por cada cien hombres pobres hay 130 mujeres en esa situación.