Lo que les importa a las mujeres
Creado por Sylvina Walger , el Martes 12 de Julio de 2011

El desinterés, particularmente el femenino, es una de las principales notas de la elección de hoy. Es que, más allá de los sexos, pocas veces se ha visto una campaña tan gris y hueca como la que acaba de terminar.

Cristina-Kirchner-TEMES

Debe ser una de las pocas veces en que hombres y mujeres han coincidido en la indiferencia respecto de los candidatos. Primero porque los argentinos estamos alcanzando el nivel de los suizos, que votan con la misma frecuencia con que la Presidenta utiliza la cadena nacional. Sólo que el nuestro no es un voto que apunte a mejorar la calidad de la democracia, sino a entronizar un ganador leal. Como en la mafia.

Debemos reconocer también que en contra de su éxito han conspirado desde la ola polar hasta las cenizas volcánicas, el "bonafinazo" instrumentado por las monadas de los hermanitos Schoklender, la batalla de River y una indigente y agobiante Copa América que amenaza con traer más tristeza. Por lo menos a Messi.

Hay más todavía. Las tribulaciones de Lucila Frend, una chica "educada" (de ahí su atractivo) acusada de degollar a su mejor amiga. O la infame guerra que enfrenta, casi a diario, a todo el jurado del "Bailando". ¿Puede una campaña política bastante desprestigiada cargar con todo eso y salir airosa?

Si algo hay que agradecerles a los personal trainers de la política (tanto como a los virulentos roces que enfrentan al Gobierno nacional con Mauricio Macri) es que se los vio poco y nada (se escuchó más la cadena), sin darles la oportunidad de arruinar la programación de la tele.

Del 54% de mujeres (con una esperanza de vida de 79 años. Ocho más que los hombres) que habitan en la Capital, el 55% tiene secundario completo o más; el 39% está preocupado por su dieta y sólo el 10% participa políticamente a través de las redes sociales, donde no difieren de los caballeros: tomarles el pelo a los candidatos, cualquiera sea su pelaje.

Más que darle la razón al antiquísimo dicho que nos define como "apasionadas, capaces de amar u odiar con la misma intensidad", el siglo XXI nos encuentra más allá del bien y del mal, tanto como atemorizadas de que se nos confunda con la corrupción en la que vivimos inmersos.

Macri, o alguno de sus adláteres, casi siempre ocupados en mirarse el ombligo al son de Freddie Mercury, olvidaron explicar qué otra cosa se vota además de jefe de Gobierno. Cuando leí la palabra "comuneros", el hombre bailaba con su adorable mujer y había puesto piloto automático.

Por eso, enfrentada a "comuneros" a los que hay que votar, me terminé de desconcertar. ¿Se referiría a algún episodio de la historia argentina? ¿Colocarían bandos en español antiguo, como solía hacer en el Madrid de los ochenta el finado alcalde Enrique Tierno Galván?

No se sabe si el olvido fue hecho a propósito, y lo cierto es que ya no queda tiempo para aprenderlo. Y mucho menos para mezclar los comuneros de Macri con los de López Murphy. O sea que a enrollar todo junto y meterlo en el sobre.

Otra confusión que duró 24 horas fue adjudicarle a María Eugenia Estenssoro, CC, una respuesta en la que descalificaba a los gays como donadores de sangre. Desconcertante para una legisladora que impulsó con ganas la Ley de Matrimonio Igualitario. Hoy Página/12 se excusa por el error, pero el daño ya está hecho.

Las mujeres quieren oír hablar de cosas que les importan a ellas. Los informes de la situación de la mujer en la Argentina nunca son demasiado halagadores. Cada cuatro años el gobierno argentino debe presentar ante la ONU los avances en los compromisos asumidos al adherir al Comité de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (Cedaw). Avances que nunca ocurrirán porque, de aprobar esta sigla, se abre la posibilidad de legislar sobre el aborto (camillas para Mauricio y Cristina).

El otro tema, la trata de mujeres, está estancado. Hace más de un año se sancionó la Ley de Violencia contra las Mujeres. Dieciséis meses después, la ley sigue sin reglamentarse. En cambio, Cristina prefirió obsequiarle a Filmus la prohibición del rubro 59, donde publicitan sus gracias las chicas de la prostitución. Tener una casa de masajes y que te secuestren para ejercer la prostitución son dos cosas distintas. En realidad, al único que perjudican es a Clarín que se lleva la palma con la cantidad de avisos.

Que un número interesante de mujeres participe en esta elección no significa demasiado. Y no alcanza con poner más mujeres. Se trata de cambiar la concepción de la política. Algo que también puede hacer un hombre inteligente. Lo primero que hay que tener en claro es que el sexo femenino no es mejor por sí mismo y que ser mujer no es garantía de paz (como hemos vivido en carne propia).

La Argentina no es un país normal, no hay partidos políticos (la alternancia no supera la entelequia), sino facciones que se odian y por lo tanto desean lo peor para cada una, con total desconocimiento del bien común.

Realmente, ésta ha sido una campaña de obviedades, entre otras cosas porque amenaza con ser una repetición de la que hace tres años llevó a Macri al poder. Lo que sí esperamos muchos es que si a Filmus no le va bien, no califique el voto macrista como "triunfo de los que no piensan". Las mujeres se acuerdan bien de aquel menosprecio. Y el Inadi, aunque arrastrado por vergonzosas internas todavía, si quiere, puede sancionar.

*Periodista.

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