Personas de diferentes profesiones, culturas y sexo enriquecen el trabajo de este comité.
Las hay de tres tipos: las de los compadres, las de los notables y las profesionales. Así podrían clasificarse las juntas directivas.
Las primeras obedecen al hecho de que nuestra base empresarial está en los negocios familiares, los cuales, al conformar las juntas directivas, incorporan muy frecuentemente a varios miembros de la familia, más por ser parientes que por estar bien cualificados para hacer parte de ese grupo.
La segundas llegan cuando las empresas comienzan a darse cuenta de que la junta directiva no es sólo un requisito, si no que ejerce un papel importante y que son una necesidad, por lo que buscan tener varios notables en ella.
Estas personas cuentan con una gran reputación y reconocimiento por su trayectoria, pero no en todos los casos conocen bien el negocio o el sector, pero su presencia le da 'elegancia' a la junta.
Y están las terceras, las profesionales, que es hacia donde deben tender las juntas directivas según los entendidos.
Estas están conformadas por miembros independientes y profesionales en esa función.
Estas últimas también se caracterizan por la diversidad de sus miembros por un tema fundamental: la heterogeneidad impacta positivamente los resultados de la empresa porque, al tener profesionales de diferentes áreas de acuerdo con las necesidades del negocio y la estrategia planteada, se puede tener un mejor conocimiento del mercado, una estrategia mejor definida, un cumplimiento mayor de la misma y un control de riesgos más altos.
"Las compañías en el pasado no pensaban en esto, no era una estrategia para ellas, pero ahora es una tendencia importante a nivel global. Varios estudios muestran que entre más diversa sea la junta directiva, las empresas son más rentables", comenta Santiago Solís, socio director de Heidrick & Struggles en Colombia.
Al hablar de diversidad se piensa en profesionales de distintas áreas, con profesiones diversas, que incluya a personas de diferente edad, experiencia e incluso culturas o regiones del país o del mundo, según el tipo de empresa. También se refiere a la presencia de mujeres, que han estado llegando de manera tímida a esta figura.
"Nosotros asesoramos muchas juntas directivas y frecuentemente al entregar las conclusiones tenemos que hacer referencia a la necesidad de buscar mayor diversidad en estas incluso en aquellas independientes, elegidas de manera más profesional", comenta Solís.
Para Germán Estefan, asesor en gobierno corporativo y miembro de junta profesional, el tema de la profesionalización de las juntas y la diversidad como una de sus características, ha cobrado importancia dentro de las tendencias de gobierno corporativo, especialmente a raíz de la crisis del 2008. "Si las juntas ejercen un control del riesgo, ayudan en la conformación y logros de la estrategia; si son personas que conocen el mercado, pueden evitar una debacle como la que se vivió", comenta.
Pero que no se entienda la diversidad simplemente como tener personas distintas porque sí.
"Antes que pensar en individuos, género y nacionalidades, hay que mirar las competencias que requiere esa junta como un todo y eso depende de las circunstancias que esté viviendo en el negocio y la industria como tal, pero principalmente de la estrategia que la compañía esté adoptando en esa etapa. Todo esto va a determinar el tipo de diversidad que requiere la junta", dice Estefan.
MENOS AMIGOS Y PARIENTES Y MÁS PROFESIONALES
Las juntas directivas están viviendo cambios, pero aún cometen los mismos errores con frecuencia.
1. Conformarla simplemente como un requisito legal, sin darle importancia.
2. No se define el concepto de la junta directiva como un todo.
3. Cuando no se define como un todo, en la selección de miembros tampoco se establecen los criterios de selección. Es muy dado incorporar amigos y personas conocidas, que no necesariamente cumplen con las necesidades de la empresa.
4. Elegir miembros que no tienen el tiempo para dedicarse a las reuniones y prestar apoyo a la dirección.
5. Recurrir a personas eminentes en el medio social, económico o empresarial, pero que no necesariamente cuentan con las credenciales para desempeñar una buena función dentro de la junta directiva. A veces requieren mayor estudio y actualización de conocimientos.
7. Tener miembros que no estudian los temas con anticipación.
8. Convertir la reunión en presentaciones de 'power point' sin discutir los temas y las ideas.
LAS MUJERES SE PREOCUPAN MÁS POR LA HONESTIDAD
Un estudio de Heidrick & Struggles sondeó las diferencias entre los miembros de junta masculinos y femeninos.
El ingreso de las mujeres como miembros de junta directiva es un proceso que se ha dado recientemente y el cual no es muy frecuente, a pesar del tema de la diversidad.
Según María Cristina Piñeros, directora del Centro de Gobierno Corporativo de América Latina de Deloitte y única mujer en su junta directiva, "hay países de Europa que han legislado para que haya un porcentaje obligatorio de ellas en ese comité". Y comenta que entre las 500 empresas más grandes según la revista Fortune, sólo un 10 por ciento cuenta con mujeres en su junta directiva.
Sobre el comportamiento de hombres y mujeres en este comité, Heidrick & Struggles y Women Corporate Directors adelantaron un estudio que encontró grandes diferencias y similitudes entre el género femenino y masculino.
En el tema la reconstrucción de la confianza de los accionistas, empleados y consumidores después de la crisis, las mujeres y los hombres difieren en cómo hacerlo.
Ellas demuestran una mayor convicción, sin embargo, tanto hombres como mujeres coincidieron en que requieren un presidente independiente.
En cuanto al desempeño, las mujeres son –en general– más críticas sobre el mismo en las juntas, especialmente en establecer el nivel adecuado de remuneración de los ejecutivos y en su propio proceso de evaluación del ejercicio.
Para ambos es evidente que hay que trabajar más en los planes de sucesión y la promoción de la diversidad en las juntas y empresas.
"Definitivamente, las mujeres han sido y serán más transparentes que los hombres y se preocupan porque las juntas y la misma organización sean más honestas. Así mismo, con su presencia los temas éticos, de valores y de principios toman más relevancia", comenta Santiago Solís, de Heidrick & Struggles.
Desde su experiencia como miembro de junta directiva, María Cristina Piñeros afirma que, además de sus conocimientos como abogada, aporta una perspectiva diferente que implica ser un polo a tierra con una dosis de amabilidad frente a sus compañeros hombres.
Según el estudio, para el 90 por ciento de las mujeres, este género aporta atributos especiales a una junta directiva, mientras sólo el 56 por ciento de los hombres aseguran lo mismo.
Asimismo, ellas tienen más fe en el aumento de la diversidad (65 por ciento, frente a 35 por ciento de los hombres) y en mejorar los sistemas de gestión de riesgos (40% vs. 1%).
El 51 por ciento de ellas considera que tres o más mujeres en una junta hacen que sea más efectiva, en comparación con el 12 por ciento de ellos.
LA JUNTA DEBE ESTAR ALINEADA CON LA ESTRATEGIA
Hay dos aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de elegir los miembros de la junta directiva: unos de tipo general y otros de tipo personal. En lo general, un miembro de junta directiva debe tener integridad ética, voluntad de participar y de responsabilizarse de las decisiones, capacidad para aportar ideas y hacer recomendaciones que den valor a la estrategia y a la empresa.
También debe tener una historia de realizaciones exitosas con altos estándares de desempeño individual y de las empresas en las que participa.
Asimismo, debe compenetrarse con la estrategia y su ejecución.
El otro aspecto son las habilidades específicas, las cuales dependen de lo que se quiere de esa junta.
"Así, explica Germán Stéfano, si parte de la estrategia es tener una mayor eficiencia operativa, es importante contar en la junta con técnicos conocedores del sector. Si el tema es la expansión tiene que haber miembros con experiencia en el territorio o mercado objetivo".