El ejecutivo agresivo y competitivo o el que antepone el éxito profesional a todo y a cualquier precio son modelos de liderazgo totalmente en desuso. La realidad es que el mundo empresarial está viviendo el despertar de valores como la conectividad, el sentimiento, la empatía, la fluidez, la introspección, la emotividad o el liderazgo cooperativo. Se imponen los "valores femeninos".

Según señala Isabel Casas, experta en coaching de la empresa Humaniza, "estamos ante un cambio de modelo en la forma de gestionar las empresas y nos dirigimos a liderar el alma de las empresas desde los valores femeninos. Es decir, a preocuparnos por las personas y no sólo por las metas". Esto responde a una demanda de la sociedad, cada vez más responsable y comprometida con el mundo que está creando. Según matiza esta experta al hablar de valores femeninos "se hace referencia a las cualidades, en ningún caso al género de las personas".

Desde el punto de vista empresarial, Isabel de Casas destaca que un líder que tiene en consideración este tipo de aspectos cuenta con un equipo más eficiente que cuando se dejan a un lado. "El rendimiento es mucho mayor cuando el equipo de trabajo está alineado, tiene una buena relación y además se ha identificado el talento de cada uno de sus miembros para que sea más efectivo", añade.

Pero...¿cómo se pueden aprender los valores femeninos? La opinión de Isabel de Casas es muy clara a este respecto, "es preciso fijarse en ejemplos femeninos ya que hasta ahora los directivos siempre se han basado en modelos de liderazgo masculino". En otras palabras, para poder entrar a formar parte del mercado laboral las mujeres se han masculinizado, a la vez que a los hombres les ha estado totalmente prohibido sentirse vulnerables. En términos generales, "lo racional pertenece al ámbito de lo masculino y lo emocional al femenino", concreta.

A pesar de que los hombres han tratado de acercarse a su lado femenino, la principal barrera a la que se enfrentan es que siguen abordándolo desde una posición masculina. "Si los hombres quieren aprender, deben encontrar un modelo femenino en el que fijarse", señala.

Y es que la mujer aún tiene inconveniente en liderar desde la intuición, la comunicación o desde la colaboración. Por ello, esta especialista en coaching apuesta por una participación más activa de las mujeres. "Sería interesante por ejemplo que las propias mujeres hicieran cursos de liderazgo en valores femeninos con el objetivo de aportarles la posibilidad de re-conectarse con su propia energía femenina", propone. En definitiva, que si las compañías quieren hacer de la realización personal de los empleados, la responsabilidad social o el trabajo en equipo una realidad, y beneficiarse de las ventajas que aportan, deben recurrir a la sensibilidad que caracteriza al género femenino. "En el futuro las empresas estarán lideradas por hombres o mujeres equilibrados en lo femenino y masculino", concluye.