Alejandro Fernández Luengo (Presidente de Marco Aldany)
Creado por Dirigir en femenino , el Sábado 6 de Noviembre de 2010

 "Intento ser muy cercano,escuchar mucho y procuro ser muy observador".

Alejandro Fernández Luengo es hijo, nieto y sobrino de peluqueros, así que no es una casualidad que sea el presidente y miembro fundador, junto a sus hermanos, de la mayor cadena de peluquerías del mercado español: Marco Aldany.

Ante la llamada de Dirigirenfemenino.com para charlar sobre un modelo de dirección que es más común entre las mujeres, pero que no pocos hombres aplican en sus negocios, no duda en responder afirmativamente. "El estilo basado en la delegación más propio de la mujer cuadra perfectamente con el modelo de dirección que hemos implementado en Marco Aldany" afirma Alejandro Fernández.

Si tenemos en cuenta que aproximadamente un 85% de la plantilla de Marco Aldany son mujeres –la compañía da trabajo a unas 4.000 personas- se antojaba necesario un modelo de dirección en femenino para gestionar una empresa que cuenta con más de 400 tiendas.

Delegar y escuchar las necesidades del equipo son valores de una dirección en femenino

Cuando una compañía crece de una manera exponencial, como ha ocurrido con Marco Aldany –en los últimos cinco años ha abierto un salón cada diez días-, la correcta gestión de los equipos se presume obligada para evitar problemas. "Hasta ahora la velocidad de crucero que ha experimentado Marco Aldany ha funcionado muy bien, pero ante las perspectivas de crecimiento –su objetivo es cuadruplicar el tamaño de la compañía-, un problema se puede convertir en un vicio. Para evitar este tipo de situaciones, la comunicación debe fluir en todos los sentidos. Tú puedes transmitir una serie de valores, pero es imposible llegar a cada uno de los empleados. Trato personalmente con los jefes de zona –10 personas- para explicarles la filosofía de la compañía, los objetivos globales que nos hemos marcado, pero son ellos los que deben trasladar estas ideas a cada salón", explica Alejandro Fernández sobre el modelo de gestión que se aplica en Marco Aldany.

"Tanto yo como el comité de dirección intentamos ser muy cercanos, escuchamos mucho y tratamos de ser muy observadores. De hecho, me preocupa más escuchar a mis peluqueros que a los miembros del Consejo de Administración. Para ello, uno de los objetivos que me he propuesto es incrementar el tiempo que paso en las tiendas. En la fase expansiva en la que nos encontramos es la mejor manera de conocer las cosas buenas y los problemas que se pueden dar en un salón", añade el presidente de Marco Aldany.

Compartir conocimientos y apostar por el talento beneficia al objetivo común

"En términos generales, podría decir que falta un poquito de espíritu emprendedor entre los jóvenes actuales. A mis alumnos –Alejandro Fernández es profesor en el Instituto de Empresa de la Cámara de Comercio- siempre les he hecho la misma pregunta: ¿dónde queréis estar dentro de cinco años? Y muy pocos saben dónde quieren ir. Es fundamental hacer este tipo de reflexiones personales".
Fruto de esta filosofía, en Marco Aldany, su presidente ha decidido apostar por la formación y por el talento. Su manera de contribuir a ello es compartiendo los conocimientos que tiene sobre el sector y facilitando a las personas que despuntan en su plantilla el acceso a un negocio propio.

"Creo muy poco en el talento innato. Creo más en la perseverancia. Apostamos por las personas que demuestran ese talento, incluso desde la escuela de formación que hemos creado en Marco Aldany. Les proporcionamos la formación, los conocimientos de cómo gestionar tu propio negocio e incluso les facilitamos la financiación necesaria para montar un salón. Ahora hacemos una labor de mentoring y nos hemos convertido en la casa madre, aunque los franquiciados también aportan grandes ideas que se pueden implantar en el resto de salones". Según nos confirma Alejandro Fernández, este carácter emprendedor está más extendido entre sus empleadas.

Una apuesta por la conciliación laboral y familiar

Tradicionalmente el sector de la peluquería no se ha caracterizado por fomentar la conciliación de la vida laboral y familiar. "Es cierto que las peluquerías tradicionales tienen un horario de cierre, pero si entra un cliente a última hora, normalmente no sueles despreciarlo", explica Alejandro Fernández.

Esta situación no se produce en Marco Aldany. Puesto que la mayoría de los empleados de la empresa son mujeres, los responsables de la compañía decidieron implantar desde su fundación un sistema de turnos de trabajo que aportara mayor calidad de vida a sus trabajadores.

"Las mujeres suelen tener más obligaciones familiares que los hombres, así que son ellas las que se benefician en mayor medida y valoran mucho más la posibilidad de contar con turnos de trabajo. Esta política de conciliación al final redunda en beneficio de la empresa, puesto que reduces considerablemente el índice de rotación de los empleados que, curiosamente, es mucho más bajo entre las mujeres que entre los hombres".

Esta preocupación por la conciliación no termina aquí y en Marco Aldany han planteado la posibilidad de instalar una guardería en la compañía para los hijos de los empleados aunque, a día de hoy, todavía es un proyecto.

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