El cerebro masculino y sus debilidades
Creado por Nana de Juan, Agencia EFE , el Miércoles 30 de Marzo de 2011

¿Qué es la masculinidad? ¿En qué somos diferentes hombres y mujeres? ¿Cómo se puede aprovechar el potencial innato del sexo masculino? El neurobiólogo alemán Gerald Hüther nos cuenta todos estos hechos desde una perspectiva nueva, más allá de la biología o de la investigación del cerebro, en una entrevista con Efe.


*** "Las hormonas desencadenan y regulan las diferencias corporales entre ambos sexos. No porque los hombres desarrollen un cuerpo diferente al de las mujeres o porque tengan otros genes y otro cerebro, sino porque sus glándulas sexuales producen y vierten en el sistema circulatorio otras hormonas", indica Gerald Hüther.

*** Este especialista constata que comadronas, tocólogos y pediatras saben por experiencia que los niños recién nacidos presentan generalmente una constitución algo más débil y vulnerable que las niñas.

*** Para el experto, todo lo que sucede durante el transcurso del desarrollo humano a nivel biológico está condicionado, posibilitado y, en muchos aspectos también dirigido, por los hechos espirituales, culturales y sociales que definen la comunidad en la que vive.

El profesor universitario Gerald Hüther considera que ni la disposición genética ni el entorno justifican la diferencia cerebral entre hombres y mujeres, sino una diferente concentración hormonal desde antes del nacimiento, en la que prima la testosterona en el varón y los estrógenos y la progesterona en las féminas, en su ensayo "Hombres, el sexo débil y su cerebro".

 

NIÑOS, MÁS IMPULSIVOS QUE LAS NIÑAS.

"La progesterona hace que los recién nacidos del sexo masculino sean más impulsivos, más excitables emocionalmente y más difíciles de tranquilizar que las niñas y que, al año, ya muestran interés por automóviles, excavadoras y locomotoras y deseen imponerse arrebatando sus juguetes a otros niños. Desde su niñez, los hombres emprenden un camino ligeramente distinto al de las niñas, con más impulso", enfatiza Hüther.

"Lo que es bien cierto para un simple observador es que el hombre medio está más capacitado que las mujeres para la síntesis, para la orientación espacial, para las capacidades fino-motoras, como la puntería, o para establecer relaciones jerárquicas de dominación", opina el experto.

"Por el contrario, ellas acopian más empatía y saben ponerse mejor en el lugar de los demás, poseen una mayor capacidad de comunicación verbal y entran en contacto visual con su interlocutor más abiertamente" asevera el neurobiólogo.

En la búsqueda del porqué de esta diferencia, Hüther llega a la conclusión de que "la estructura y organización de nuestro cerebro se adapta con especial facilidad cuando lo que hacemos nos resulta placentero, cuando ese 'algo' nos llega al alma", tras sus investigaciones como director del Centro de Investigación de Medicina Preventiva y Neurobiología de dos universidades alemanas.

"Cuando hacemos, aprendemos o vivimos algo con entusiasmo, las vías nerviosas que se activan en el cerebro, inicialmente frágiles, se convierten en carreteras cerebrales, cada vez más preparadas para ser activadas y utilizadas. Cuando estas actividades se prolongan en el tiempo, las vías cerebrales acaban convirtiéndose en algo semejante a autopistas", subraya el experto.

Es en ese momento cuando tenemos un cerebro diferente al que teníamos antes, "aunque el responsable de todo esto sea el propio entusiasmo con el que un niño se relaciona, percibe, elabora y moldea su entorno, ya sea en su hogar, en la guardería, el colegio o en cualquier otro lugar", matiza el especialista.

LA DEBILIDAD DEL VARÓN AL NACER.

El efecto del cóctel hormonal masculino sobre el niño cuando está en el cuerpo de la madre no se limita al desarrollo del cerebro, sino que abarca multitud de características corporales, opina Hüther, como la forma del rostro, quien indica que "cuanta más testosterona exista en la fase prenatal, tanto más 'masculino' y 'robusto' resultará el bebé.

"Las hormonas, pues, desencadenan y regulan las diferencias corporales entre ambos sexos. No porque los hombres desarrollen un cuerpo diferente al de las mujeres o porque tengan otros genes y otro cerebro, sino porque sus glándulas sexuales producen y vierten en el sistema circulatorio otras hormonas", aporta Gerald Hüther como resultados de sus investigaciones.

Este especialista constata que comadronas, tocólogos y pediatras saben por experiencia que los niños recién nacidos presentan generalmente una constitución algo más débil y vulnerable que las niñas, especialmente cuando nacen prematuramente, y "se ha comprobado científicamente que, incluso en la fase prenatal, mueren ligeramente más embriones masculinos que femeninos", agrega el investigador germano.

Así, durante los años inmediatamente posteriores a la reunificación de las dos Alemanias, la cifra de descendientes de sexo masculino experimentó un significativo retroceso en los estados de la antigua República Democrática, según el experto "por el estrés sufrido por las madres. En circunstancias desfavorables, sucumbieron sensiblemente más embriones masculinos, más vulnerables que los femeninos", subraya el experto.

De este modo, se puede constatar que este "sexo débil masculino es de constitución más delicada que el femenino y que sólo hay un aspecto en el que los niños, sobre todo desde la pubertad, tienen una considerable ventaja: en el empleo de la fuerza bruta; sin embargo, tienen mayores dificultades para apropiarse y fijar en sus neuronas patrones cognitivos, emocionales y conductuales complejos", significa el neurobiólogo.

EL CAMBIO DEL ROL DE HOMBRE.

Así, esos "niños débiles" buscan por encima de todo, seguridad emocional, atención, tanto afectiva como material, reconocimiento, y valoración, especialmente, por sus progenitores masculinos y, de no ser así, "se inspiran en otros hombres representantes para el desarrollo posterior de su personalidad: pilotos de carreras, estrellas del pop, futbolistas, actores de cine... y, recientemente, también héroes de videojuegos", explica el investigador.

"Como sabemos que la estructuración del cerebro infantil está tan decisivamente determinada por el modo en que se utiliza, esa orientación hacia ejemplos tan manifiestamente cuestionables, tendrá consecuencias en la maduración de aquellos modelos de conexión neuronal con los que los jóvenes pasan de la pubertad a la edad adulta", advierte el experto alemán.

Para el experto, todo lo que sucede durante el transcurso del desarrollo humano a nivel biológico está condicionado, posibilitado y, en muchos aspectos también dirigido, por los hechos espirituales, culturales y sociales que definen la comunidad en la que vive. "E inversamente, todos esos procesos también lo están por el "sustrato biológico" que ha surgido o ha podido conformarse en el cerebro del niño en forma de determinados patrones de conexión neuronal.", enfatiza Gerald Hüther.

Fotos cedidas por editorial Plataforma

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